Benjamín Reynal “Hay que seguir el deseo”

Los invito a compartir una entrevista con Benjamín Reynal, autor de “El tiempo lento” basada en su viaje a caballo por Argentina: 5000 km. 15 provincias, 9 meses en compañía de Pampa y Federal. Un libro que rescata emociones, temores, disfrute y entrañables personajes en un recorrido solitario, hace algo más de dos décadas. Por: […]
junio 22, 2023

Los invito a compartir una entrevista con Benjamín Reynal, autor de “El tiempo lento” basada en su viaje a caballo por Argentina: 5000 km. 15 provincias, 9 meses en compañía de Pampa y Federal. Un libro que rescata emociones, temores, disfrute y entrañables personajes en un recorrido solitario, hace algo más de dos décadas.

Por: Bettina Cucagna, Perlitas Rurales –

Para que el olvido no se haga dueño y señor” como dice un poema, escribo…En 2019 publiqué mi primer libro Contra el fuego donde cuento historias de otros, acontecimientos únicos, grandes incendios y rescates. Una publicación que le dio voz y visibilidad a bomberos y rescatistas”

Es posible que conozcan a Benjamín a través de su primer libro, pero no duden que sabrán mucho más de él y de su esencia leyendo su última publicación “El tiempo lento”.

Será casualidad o causalidad, no sé, pero esta entrevista sin saberlo comenzó el día de tu cumpleaños número 49.  Y también ese día el descubrimiento de un escritor sensible que emociona con sus relatos de aquel viaje, cuando tenías 24 años.

Sí, el 6 de junio cumplí 49 pero todavía imagino que tengo 35, no por la energía, que ahora se cuida y de a poco se acaba, sino porque los últimos 15 o 20 años se han ido con la velocidad del viento. Hace 10 años me mudé a Bariloche con mi mujer y mis 4 hijos. A veces, simplemente hay que seguir el deseo. 

Soy presidente de una empresa eléctrica que sigue estando en Buenos Aires y Chubut, así que viajo bastante. Mi quinta hija nació en Bariloche, de donde ya sé que no me quiero ir. Estudié Administración de Empresas en Estados Unidos, regresé a mi país, viví en el campo cerca de Lincoln, luego me mudé a Pilar y actualmente vivo feliz en la Patagonia. Puedo decir que no soy de ningún lugar.

¿Por qué ese destino patagónico te sedujo y decidiste que es el lugar donde deseas vivir y criar a tus hijos?

Elegí ese lugar por la naturaleza, las montañas, los lagos y todo aquello que lo hace maravilloso. Me gusta mucho salir a la montaña, el deporte al aire libre es algo de todos los días. Me hice bombero hace aproximadamente 9 años, luego de unos incendios forestales muy grandes y desastrosos que presencié en Chubut. Escribí el libro “Contra el fuego” y hoy dejé el cuerpo activo de bomberos e integro la comisión directiva.

La nostalgia es la alegría de estar triste” dijo Alejandro Dumas. Mucha nostalgia sentirás al recordar tu viaje solitario a caballo cuando apenas te habías recibido en la facultad. Ese viaje, hoy se ha transformado en tu libro recién editado…

Mi segundo libro “El tiempo lento” es una historia propia, el relato de un viaje irrepetible que hice solo, en 1998 a caballo por Argentina.  Es un libro que me llevó muchos años escribir, muchos más reescribir y algunos editar. Publicar el relato de una aventura 25 años más tarde tiene un valor diferente, porque uno puede jugar con la nostalgia, que es una fuerza poderosa.

“Pensar en mi viaje provoca: alegría por el recuerdo de lo vivido y tristeza porque ya no se repetirá”

Me quería ir, y cuando me quiero ir, me voy” puede leerse al comienzo de tu libro. Cuando planeaste el viaje no ibas solo, Paco te acompañaría, pero los planes cambiaron. ¿Cómo enfrentás en tu vida los cambios repentinos que no planeaste, seguís, retrocedés, claudicás?

No creo que existan reglas ni manuales para manejarse por la vida, tampoco en los dogmas. Hay cambios inesperados ante los cuales conviene seguir, otros retroceder, otros claudicar. Para eso está la conciencia y la reflexión: para pensar cuál alternativa conviene tomar o cuál deseamos, a pesar de que no convenga. Respecto del viaje, yo quería hacer mi viaje, no un viaje con un amigo.  Lo principal era el recorrido, la aventura, y no la compañía.

Las elecciones no siempre son acertadas en la vida. Elegiste varias provincias argentinas para recorrer: Buenos Aires, Santa Fe, Entre Ríos, Corrientes, Chaco, Santiago del Estero, Salta, Jujuy, Tucumán, La Rioja, San Luis, Mendoza, sur de Córdoba… Sentís que fueron destinos maravillosos para el viaje o quizá hoy cambiarías el itinerario.

Los destinos fueron maravillosos en parte por mi propia mirada, que los hacía maravillosos por el momento mágico que estaba viviendo. Sentía que era una gran aventura, algo irrepetible, y eso influía en la opinión y el sentimiento que tenía sobre cada lugar. Siempre digo que los lugares no son solamente lugares, lo que los hace especiales es una combinación de uno mismo, el sitio y el momento.

Si llegás rápido en auto a un pueblo, y te vas rápido de ese pueblo, nada quedará, nada te tocará. Pero, si llegás a caballo después de muchos días de viaje, cansado y con frío, te alojan en una casa durante dos o tres días, conocés gente y conversás, recibís ayuda y hacés amigos, entonces ese lugar es especialísimo e inolvidable. 

No fue un viaje a través de paisajes sino mucho más que eso, un recorrido de cinco mil kilómetros atravesando todos los climas y regiones. Me hubiera gustado ir a Misiones y recorrerla entera, pero siempre traté de evitar el calor del norte en pleno verano, principalmente por los caballos.

Porque cansado pude respirar el perfume de la sencillez. Porque en la soledad, absorbido por el silencio, me he visto en el espejo” escribió Battistino Bonali. En el capítulo IX de tu libro citás estas palabras muy acertadas. ¿Qué viste en el espejo recorriendo la soledad de las montañas de Salta, con calor y la energía al límite, y qué ves hoy, 25 años después?

Entonces no me miraba en ningún espejo. Iba hacia adelante y miraba a los demás. Hoy puedo ver a ese chico recorriendo solo y lo que veo es a alguien bastante ocurrente, alguien que tuvo una buena idea y la llevó a cabo.
Mirarse en el espejo, hacer un ejercicio de introspección es algo verdaderamente difícil, y supongo que duro también. Para ser objetivos, tendríamos que ser duros con nosotros mismos.

El 19 de enero de 1999 te emocionaste con las palabras escritas por Ernesto Hansen en S.S. de Jujuy. Él hizo referencia a tu coraje y perseverancia en tu peregrinar “acollarado a dos socios” que naturalmente discrepan de hábitos alimentarios y demás: tus dos caballos. Hablanos de ellos y su incondicional compañía…

El libro entero trata y habla sobre ellos; mis compañeros no voluntarios que sin embargo me querían tanto. Si los largaba nunca se alejaban demasiado. Al menor peligro o susto venían al galope adonde estaba yo, buscando protección.

Una noche los solté en un potrero como de veinte hectáreas. Me tiré a dormir sobre el recado abajo de un árbol y desperté en medio de la noche, vi a uno de ellos echado al lado mío, pegado a medio metro, y el otro estaba parado al lado. Eso habla muy fuerte del tipo de relación.

Contanos sobre tu familia original, padres, hermanos, abuelos…el romper con las tradiciones

“Yo nunca sentí el peso de romper con nada. Tampoco creo que rompí mucho, no tenía algo pre establecido.  Me importan muy poco los mandatos, las expectativas, el rol supuesto de uno en un lugar”


Mi abuelo paterno fue un hombre puramente de campo, dedicó toda su vida a eso. Y tanto mi padre como yo lo hicimos también durante muchos años, pero luego ambos nos dedicamos a otros trabajos, aunque uno siempre sigue ligado a la tierra, nunca conocí un oficio que me diera tanta satisfacción.

Tengo tres hermanos, pero ellos siempre se dedicaron a otras actividades,  viven en Buenos Aires.
El reencuentro con mi familia en Mendoza, durante el viaje fue algo atípico, una visita linda pero a la vez rara, que cortó un viaje que era también mental, no solamente físico. Fue una especie de interrupción que necesitaban ellos más que yo.

El hombre se descubre cuando se mide con el obstáculo” Antoine de Saint Exupéry puede leerse en el capítulo VIII de tu libro, una frase muy relacionada con la vida de quien arriesga…Si tuvieses que hablarles a los jóvenes de hoy quienes deben emprender el camino de la vida, cuál sería el mensaje sobre los obstáculos que deberán enfrentar y sortear. 

Hay mucho, muchísimo escrito y dicho sobre por qué hay que vencer los obstáculos que se presentan, la determinación necesaria para eso y la recompensa posterior. Hay tanto que ya suena a autoayuda, lo que, por otro lado, tampoco le quita relevancia. No por repetido deja de ser cierto. Creo que ya todos sabemos lo importante de ir venciendo los obstáculos que vamos teniendo. Lo que yo he aprendido es a no tomarlos demasiado en serio, a que no me frustren y a no concentrarme tanto en el éxito.

Vivimos en la sociedad del éxito y la competencia, el triunfar es la nueva religión. Bertrand Russell decía que una de las condiciones para alcanzar la felicidad era no tomarse demasiado en serio, bajar un poco las expectativas. Yo antes me hacía mucha mala sangre por un montón de cosas que luego, con el paso de los años, descubrí no habían sido importantes.

Paraste en más de doscientas casas y conociste miles de argentinos. ¿Qué provincias han dejado huellas?, hablanos de la soledad a lo largo de 5.000 km. a caballo.  

Corrientes y Salta fueron mojones. Con ambas tenía mucha expectativa, así que llegué sugestionado. La hospitalidad de la gente, sus costumbres, la tradición y la importancia del caballo. Todo eso las convirtió en absolutamente especiales.

Un viaje en solitario es un viaje independiente y autosuficiente. Creo que para realmente conocer un lugar y su gente, lo mejor es deambular solo y sin plan. La soledad es totalmente propicia para la observación atenta y la reflexión. Y también para la introspección.

Creo que el viaje me había alterado de una manera invisible. Regresaba transformado en otra persona, veía todo con otros ojos, de una manera descubridora” escribís casi al final del libro. ¿Has regresado a algún lugar de entonces, te has encontrado con alguna persona de las tantas conocidas?

Volví a visitar algunos lugares donde había parado y tuve una sensación extraña, difícil de explicar. Me conecta con esos lugares y aquellas personas algo muy íntimo y personal, que es más que la suma de cariño, agradecimiento y buenos recuerdos. Me conecta una especie de cordón umbilical que nunca se cortó.

Tengo la suerte de haber viajado mucho y de formas diversas. Crucé Chile a caballo, recorrí casi toda Europa en moto, casi todo Estados Unidos en auto y durante nueve meses navegué con mi familia por el Mediterráneo, luego de haber cruzado el océano Atlántico. Lo hicimos con mi mujer y nuestras tres hijas menores, tenemos cinco. Fue una aventura transformadora al igual que el viaje a caballo. Da la casualidad que ambos viajes duraron lo mismo, también fueron viajes largos y a plena naturaleza, contemplando el lento giro del mundo alrededor del sol.

Ventiún años después volviste a ver a tus queridos caballos, compañeros inseparables.

Para saber eso, es mejor leer el libro (ja). Hay sensaciones que no se tienen, sino que van llegando, se arriba a ellas lentamente. Lo que yo sentí cuando los vi tantos años después, y por última vez, fue una sensación que había estado madurando durante mucho tiempo antes.

Mi viaje transcurrió entre dos territorios: uno visible: el traslado geográfico, lento, terrenal. El otro, el viaje a través de un tiempo, el mío, también lento, mi pasaje de la juventud a la madurez, El primero terminó con el último paso. El segundo continúa mucho después de él.

¡¡Gracias por esta mágica entrevista Benjamín Reynal!! Yo también viví un viaje pero al interior de un hombre sensible que valora lo simple y proyecta el tiempo lento…No dudo que a los lectores les sucederá algo parecido.

EN POCAS PALABRAS

LIBERTAD: Un anhelo casi utópico. La capacidad de disponer de tu tiempo y elegir tu camino. Probablemente se nos presente en pocas ocasiones.

AUSTERIDAD: Decisión de estar con menos de lo que se puede, prescindir voluntariamente. Conciencia de lo alcanza, y rechazo de lo accesorio.

RENUNCIAS: Aquello que nos gusta y dejamos de lado.

VOLUNTAD: Eso que es necesario para las renuncias y la voluntad

AUTOCONOCIMIENTO: Lo más difícil de todo: mirarse con objetividad

CORAJE: Algo escaso de lo que hablamos mucho

CABALLO: Una gloria      

NOCHE: Un bálsamo

AMANECER: La promesa y expectativa de que todo puede suceder.

ARGENTINA: Una construcción. Como todos los países un lugar casi ficticio y artificial. De todos modos, un lugar que me encanta lleno de gente fantástica al igual que otros países. Yo, claro está, no soy nacionalista sino humanista.

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Todo por una herradura…

“Mi primer encuentro con Benja puede sonar totalmente inverosímil para alguien que no haya hecho un viaje largo a caballo o que no haya leído “El Tiempo Lento” Con mi gran amigo Sebas Perkins hicimos un viaje de Buenos Aires hasta Bariloche, también a caballo. Cuando estábamos llegando a Comallo, uno de mis caballos perdió una herradura quedando tan sólo 120 km. para llegar a Bariloche. En Comallo no encontrábamos herraduras ni alguien que supiera colocarlas. Era de noche, estábamos comiendo una lata de paté con una cerveza en una obra junto a un baldío donde teníamos los caballos, cuando recibí un llamado de Benja.

Agustín Mayer, escritor. Comunicador Social. Amigo de Benjamín

Benja me preguntó qué necesitábamos y le dije que tratábamos de conseguir una herradura. Sin dudarlo, me contestó “yo me ocupo, salgan mañana en dirección a Pilcaniyeu y yo los cruzo en algún momento”

Salimos por la ruta 23, hoy asfaltada pero en ese momento de ripio. El paisaje era medio de “cine catástrofe”, un páramo, movimientos de suelo, algún baño químico en medio de la nada. En ese marco vimos una camioneta que se acercaba, creo que la única que cruzamos. Al encontrarnos, Benjamín estacionó en una suerte de olla al reparto en un terraplén, bajó un fardo para los caballos, prendido un fuego, desplegó una parrilla con un pedazo de carne, una picada y un vino. Ahhh, y la herradura con clavos y la masa. Insisto, era la primera vez que nos veíamos.

Benja hizo 250km ese día por ripio para ayudar a dos desconocidos, hacerles un asado y volver a su hogar.  Suena inverosímil… ¿Cuántos estaríamos dispuestos a ayudar al hermano del marido de la hija del que te alquila la casa? Sólo se explica si uno hizo un viaje largo a caballo, y leyendo este libro van a conocer por qué Benja lo hizo por nosotros, 7 años atrás”

          Agustín Mayer, escritor. Comunicador Social. Amigo de Benjamín

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