En la recta final de la campaña de trigo, importantes referentes técnicos argentinos y productores líderes del país comenzaron a sacar las primeras conclusiones y a vislumbrar qué se viene en el futuro del cultivo. Fue durante la jornada que organizó el semillero DONMARIO, líder en el mercado triguero local, en su campo experimental en Chacabuco.
Obdulio San Martín, director general de la empresa para Latinoamérica Sur, abrió la jornada recordando que el semillero comenzó a trabajar en trigo hace 15 años, siguiendo el mismo camino que lo llevó a ser líder en soja: invertir fuerte en investigación y desarrollo para lograr las variedades que más rinden.
“El trabajo dio sus frutos y hace ya tres años que somos los primeros también en trigo, con los materiales más vendidos (Algarrobo y Ceibo) y un 40% de participación de mercado”, resumió San Martín.
El reconocido asesor Jorge González Montaner sostuvo que los sistemas productivos actuales son cada vez más complejos, por los crecientes desafíos de malezas y enfermedades, por ejemplo. “La agronomía no se va a simplificar, así que tendremos que estar cada vez más preparados”, advirtió.
Y consideró que “con una intensificación inteligente de la rotación agrícola es posible incrementar el rendimiento del trigo y, al mismo tiempo, la proteína, para lo cual hay que aumentar los niveles de fertilización con nitrógeno”.
Por su parte, y delante de una parcela de trigo con decenas de ensayos, Jerónimo Costanzi, gerente de Desarrollo de DONMARIO, destacó que el programa propio de investigación en trigo que tiene el semillero prueba a campo todos los años más de 3.000 variedades. Y que trabajan en conjunto con Trigal Genetics, de Francia, y con Biotrigo, de Brasil, dos compañías que son líderes trigueros en sus respectivos mercados.
Costanzi describió también en detalle los nuevos materiales de la empresa. “Se trata de Ñandubay, un trigo de ciclo intermedio-corto de Grupo 2, que es el reemplazo del conocido Fuste, con muy buen potencial de rinde y sanidad”, precisó. Además, mencionó detalles de Audaz, del que dijo que se trata de “un material de ciclo corto y Grupo 1, que combina rendimiento con calidad y que también tiene un muy buen comportamiento sanitario”.
A su turno, el fitopatólogo Marcelo Carmona, profesor titular de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (FAUBA) analizó con los productores los aspectos sanitarios de esta campaña y lo que hay que tener en cuenta hacia el futuro.
“La mancha amarilla está mostrando dificultades para ser controlada por los fungicidas que habitualmente la controlaban”, reconoció el especialista. Y agregó que “hay que discutir el tema de la resistencia que ya están desarrollando muchos hongos a los fungicidas con los que se pretende erradicarlos”.
Consultado sobre consejos para tener en cuenta en el manejo sanitario del trigo, Carmona recomendó “no dividir las dosis de aplicación ni llegar tarde con las pulverizaciones, además (por supuesto) de curar bien la semilla y tener en cuenta si el lote viene de otro trigo el año anterior”.
La jornada DONMARIO MÁS en Chacabuco fue, en definitiva, un rico ámbito de intercambio entre referentes técnicos, productores líderes y los especialistas del principal semillero argentino.
Entre todos evaluaron los primeros datos de una campaña que volverá a marcar un nuevo crecimiento para el cultivo: con más de 6 millones de hectáreas sembradas y cerca de 20 millones de toneladas de producción. Es una base fuerte para mirar el futuro con optimismo y que el trigo siga creciendo.