Siempre que paró, llovió

Dando vuelta un poco el dicho que “siempre que llovió, paró”, creo que ya paró bastante de llover, por lo que es hora que las precipitaciones empiecen a ocurrir y de manera más generalizada. En gran parte del país están ocurriendo precipitaciones de manera excesiva, mientras que en otras, las lluvias de noviembre aún se […]
diciembre 4, 2023

Dando vuelta un poco el dicho que “siempre que llovió, paró”, creo que ya paró bastante de llover, por lo que es hora que las precipitaciones empiecen a ocurrir y de manera más generalizada. En gran parte del país están ocurriendo precipitaciones de manera excesiva, mientras que en otras, las lluvias de noviembre aún se hacen desear.

Por: Matías Cambareri

Pluviométricamente, octubre no fue un mes con precipitaciones importantes donde más se requieren y empezaron a observarse algunos eventos de temperatura elevada (así como en otros sitios ocurrieron temperaturas tan bajas que “rozaron” eventos de heladas). La precipitación acumulada durante el mes de octubre en general estuvo muy por debajo de lo normal en todo el país, por eso me pareció más importante mostrar cómo vienen las precipitaciones de noviembre (Figura 1), que en los primeros 20 días del mes están muy por encima de lo normal en Corrientes-Misiones (más de 100 mm!) y por encima de lo normal en algunas regiones de Entre Ríos y este de Buenos Aires (25 a 50 mm).

Figura 1. Precipitación acumulada medida durante octubre + primeros 15 días de noviembre de 2023 (PP ac, mm).
Fuente: Red pluviométrica de Caburé.

De la extensa red de estaciones pluviométricas con las que cuenta Caburé (www.cabure.com.ar), se obtuvo que en los primeros 20 días de noviembre, el 40% de las estaciones meteorológicas (unos 320 puntos de medición) tuvieron una precipitación acumulada mayor a 50 mm. En San Vicente, en la Provincia de Misiones, se dio la mayor cantidad de días con precipitación superior a 10 mm (8 días) y en esa Provincia también, se dieron los valores más altos de precipitación acumulada (superando los 450 mm en Capital).

Figura 2. Agua útil en la capa arable del suelo (%) al 23 de noviembre de 2023.
Fuente: Instituto de Clima y Agua. SMN-INTA-FAUBA

Sin embargo, para programar lo que viene para los cultivos y saber cómo están hídricamente en la actualidad, no sólo debemos mirar la cantidad de precipitaciones ocurridas, sino también cómo está el reservorio de agua: el nivel de agua en el suelo. El aporte de agua de las pocas precipitaciones ocurridas en octubre más las que vienen ocurriendo en noviembre, están siendo rápidamente consumidos por los cultivos implantados o evaporados en los casos donde existen barbechos, debido a la alta demanda atmosférica. Por lo que los niveles de agua en el suelo, disminuyeron en prácticamente todo el país respecto del mes anterior, exceptuando el litoral argentino y parte del este de Buenos Aires, existen deficiencias hídricas en toda la región productiva de nuestro país. Esto se puede observar en cambio la Figura 3, donde se representan los niveles de agua en el suelo en el primer metro de profundidad (menos del 50% de agua útil en el perfil en casi toda la región productiva, exceptuando las áreas en verde).

A nivel superficial en cambio (primeros 10 cm; Figura 2), el impacto en el nivel de agua está asociado a las últimas precipitaciones y como es la porción más expuesta del suelo es lo que rápidamente está disponible para evaporación, razón por la cual al no haber lluvias importantes en los últimos días los niveles de agua son limitados en prácticamente todo el país, exceptuando el litoral. Posiblemente esta condición mejore con las precipitaciones que se prevén para los próximos 10 días.

Figura 3. Agua útil en el suelo (%) al 23 de noviembre de 2023.
Fuente: Instituto de Clima y Agua. SMN-INTA-FAUBA

Esta “foto” actual del agua en el suelo junto a los pronósticos a largo plazo, nos permitirán realizar un correcto análisis para tomar las mejores decisiones en nuestro sistema productivo. Como la evolución del nivel de agua en el suelo puede ser estimada a partir de un balance entre la “demanda” (de la atmósfera o del cultivo una vez implantado) y la “oferta” de agua (precipitaciones), conociendo cuál es la tendencia a largo plazo (más allá de los 30 días) de las variables determinantes, puede predecirse de forma aproximada su comportamiento.

Figura 4. Pronóstico trimestral de temperatura media para el trimestre noviembre-diciembre-enero. Indica mayor probabilidad de ocurrencia de una categoría. Fuente: Servicio Meteorológico Nacional: Pronóstico Climático Trimestral, 27 de octubre de 2023.

Con distintos niveles de probabilidad de ocurrencia, el pronóstico trimestral elaborado por el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) ayuda a dilucidar cómo serán las condiciones de oferta (precipitaciones) y demanda (evapotranspiración, determinada en parte por la temperatura del aire) que hacen al balance de agua en el suelo, durante los próximos meses.

El pronóstico trimestral del SMN para el trimestre noviembre-diciembre-enero indica mayor probabilidad (50-55%) de tener temperatura media por encima de lo normal en prácticamente todo el centro-norte del territorio argentino, entre normal y superior a lo normal (40-45%) en las provincias de Buenos Aires y La Pampa y normal (>=40%) en el resto del país (Figura 4).

Esto significa que donde tenemos mayor probabilidad de tener temperatura media por encima de lo normal, la temperatura media del trimestre sería al menos 0,5 °C mayor a los valores de temperatura media que observamos en la Figura 5. Por lo tanto, como gran parte de la demanda atmosférica está asociada a la temperatura, es esperable que la evapotranspiración acumulada en este período sea mayor a lo normal, en el centro-norte del pais y se “pierda” más agua de lo normal, es decir que rápidamente se agoten las reservas que puedan construirse con las precipitaciones que ocurran.

Figura 5. Mapa de temperatura media del trimestre noviembre-diciembre-enero.
Fuente: Servicio Meteorológico Nacional: Pronóstico Climático Trimestral, 27 de octubre de 2023.

Por otro lado las precipitaciones acumuladas para el trimestre octubre-noviembre-diciembre tienen (i) mayor probabilidad de estar por encima de lo normal (50-55%) sobre el Litoral y este de Buenos Aires;(ii) mayor probabilidad de ser normal o superior a lo normal (40-50%) sobre el centro-oeste de Formosa y Chaco, Santiago del Estero, Córdoba, oeste de Santa Fe, La Pampa, oeste de Buenos Aires y noreste de Patagonia; (iii) mayor probabilidad de ser normal (>=40%) en la región del Cuyo y noroeste de la Patagonia y (iv) mayor probabilidad de estar por debajo de lo normal (40-50%) en NOA y sur de la Patagonia (Figura 6).

Figura 6. Pronóstico trimestral de precipitación acumulada para el trimestre noviembre-diciembre-enero. Indica mayor probabilidad de ocurrencia de una categoría. Fuente: Servicio Meteorológico Nacional: Pronóstico Climático Trimestral, 27 de octubre de 2023.

Es decir que se esperan más de 500 mm acumulados en la provincia de Corrientes, por ejemplo (Figura 7). El balance hídrico atmosférico (diferencia entre la demanda atmosférica y las precipitaciones) tendería a ser levemente positivo a muy positivo (en las zonas más productivas de nuestro pais). Si bien en algunas situaciones resulta demasiado tarde (oeste de Buenos Aires – La Pampa), la ocurrencia de precipitaciones puede beneficiar las etapas iniciales de los cultivos de gruesa.

Figura 7. Mapa de límite superior del rango normal de precipitaciones (implica que donde las anomalías sean positivas, los valores de precipitación acumulada serían superiores a estos límites) acumuladas en el trimestre noviembre-diciembre-enero.Fuente: Servicio Meteorológico Nacional: Pronóstico Climático Trimestral, 27 de octubre de 2023.

Con respecto a la actualización del fenómeno ENSO (El Niño South Oscilation) que en gran parte de nuestro territorio tiene un determinado impacto sobre las precipitaciones, estamos transitando la fase cálida del evento y continuará así durante toda la campaña, con un 100% de probabilidad.

El Niño está trayendo precipitaciones pero aún son esporádicas, y esto sumado a los mayores niveles de demanda atmosférica, genera un balance hídrico negativo que no permite mejorar del todo la condición de agua en el suelo.

Si bien la condición del Niño, tiene niveles de probabilidad del 100% hasta el fin de la campaña fina y resto de la campaña gruesa (Figura 8), todo indica que las precipitaciones irán ocurriendo de a poco. Se espera que sea un año de lluvias, pero lluvias que no necesariamente ocurran en tiempo y forma de manera de poder ser aprovechadas eficientemente por nuestros cultivos y como dijimos, el panorama general es de temperaturas medias por encima de lo normal, lo que hace pensar en posibles estrés térmicos en los cultivos (más si es que no tienen disponibilidad de agua en el suelo).

En resumen

La condición del fenómeno ENSO para la campaña agrícola que estamos transitando es “el Niño” y esto aseguraría tener precipitaciones adecuadas, si es que otros forzantes atmosféricos que interaccionan con este evento lo permiten. Este evento puede asegurarnos mayor humedad en la atmósfera y mayor cantidad de eventos de lluvia, habrá que cruzar los dedos y esperar que esos eventos se distribuyan de manera adecuada en el tiempo, de manera de poder aprovecharlos en su totalidad. El pronóstico trimestral del SMN, indica que en el mediano plazo habrá precipitaciones por encima de lo normal en una buena porción de nuestro país, tocará esperar que finalmente ocurran de manera continua y generalizada. La humedad en el suelo nuevamente es una limitante para el normal crecimiento de los cultivos, por lo que utilizar la agrometeorología como una herramienta más que permita maximizar el uso del agua, haciendo economía del recurso hídrico es más que clave en estos momentos. Como siempre, recomiendo hacer monitoreo de las condiciones actuales, analizar los pronósticos (a mediano y corto plazo) y recopilar DATOS para la construcción de estadísticas que ayuden a tomar las mejores decisiones.

Figura 8. Pronóstico probabilístico del fenómeno ENSO producido en base a CPC NOAA. 15 de noviembre de 2023 https://iri.columbia.edu/

Este artículo muestra un pantallazo general de lo que puede ocurrir y debe seguir ajustándose a medida que la campaña avance, contando con mayor certeza en los indicadores. En una escala temporal menor (por ejemplo, mensual) podría ocurrir que llueva más de lo que el pronóstico trimestral indica por lo que estemos atentos a los pronósticos de corto plazo (7-15 días). La atmósfera es caótica y dinámica y las previsiones climáticas que acá presentamos se refieren a condiciones medias durante el periodo analizado, por lo tanto no contemplan la ocurrencia de eventos puntuales tanto en la escala intra-estacional como en una escala menor a la regional.

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